El 15 de marzo se conmemora el día del Beato Don Artémides Zatti, Hermano Coadjutor Salesiano que vivió en la Patagonia entregando su vida por

En esta edición de IF se comparte un breve y emotivo texto extraído del libro “Salesiano Coadjutor” de Enzo Bianco y José Antonio Rico para ir tomando conciencia de quien es Artémides Zatti, el futuro Patrono de la Inspectoría Salesiana Argentina Norte. También, proponemos acercarnos a su vida visitando próximamente la página salesianoslitoral.org.ar en donde se encontrará más material.
Medico de los cuerpos y de las almas
Él abrazó el dolor y se desposó con la miseria. No se podría imaginar a Artémides Zatti sino ocupado en cura enfermos. Mientras curaba a los enfermos cantaba para levantarle el ánimo. O charla con mil ocurrencias serenas para distraerlos y aliviarles el dolor. “como una madre con sus niños”, ha dicho uno de sus pacientes.
Una joven llevada al hospital como enferma grave recuerda la sonrisa abierta con el que la recibió: “al principio creí que se burlaba de mí; pero luego me di cuenta de que era solamente la gran alegría que experimentaba en hacer el bien”. Y una vez recobrada la salud dicha joven se convirtió en enfermera. .
Don Zatti prodiga un cuidado especial a los que se hallan aquejados por enfermedades vergonzosas. Los coloca aparte, pues no quiere que otros se enteren. A los cancerosos, a los que tiene llagas purulentas los atiende él. Una ropita para un Jesús….
“Nada hay más grande ni más hermoso que un pobre, cuando en él se ve al Señor Jesús”. Estas palabras de San Vicente de Paúl encierran el gran secreto de Don Zatti: él ve realmente en sus pobres enfermos a Jesucristo en persona. .
Acude a la hermana que atiende en la ropería y le dice: “hermana, por favor ¿puede ver si hay una ropita para Nuestro Señor?”. Y, luego:” ¿no hay una ropa mejor? A Nuestro Señor tenemos que darle lo mejor que tengamos”. Nuestro Señor es un pobre desdichado que había llegado enfermo y lleno de harapos. .
Le avisa a otra enfermera: “Hermana, prepare una cama para Nuestro Señor”. Ha llegado desde lejos un pobre indígena sin enfermo. Otra vez se trata de un chiquito: “hermana, ¿tiene una ropita para un Jesús de diez años?” .
Un médico sorprende a Don Zatti mientras acepta a un enfermo que había sido rechazado en otros hospitales por tratarse de un incurable. El médico le dice: “a usted siempre toca lo peor…”. “Para mí es lo mejor”, replica Don Zatti. .
Durante muchos años tuvo en el hospital la presencia de una muda y un macrocéfalo. Entre los dos le hicieron pasar las mil y una. Pero un día le llevaron a Zatti una “grata” noticia: le proponen llevar a estos dos a un instituto en la capital federal, donde los aceptarían. “No” responde Zatti, “estos son los que atraen las bendiciones de Dios sobre nuestro hospital”. .
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